°°°° La guarida del Tío Lolo °°°°

Monday, May 29, 2006

Historias de coches, choques y culos en choques de coches

Muchas veces las desgracias no vienen solas.

No creo en las casualidades. Nunca he creído en el poder de la suerte. Solo creo en la comunión de un camino, un buen par de nalgas y la disposición a besarlas. Hasta ahí llega ese poder divino.

Este sábado andaba haciéndome muy pendejo por la calle cuando pasa a rajamadres una VW Safari rosa de una amiga, chida la nave se ve y más siendo convetible y con el puto calor que se dejó sentir el sábado en la noche. Sobra decir que a la segunda vuelta ya iba con 4 amigas más en el coche y dos naves siguiéndolas: un Stratus rojo y un Bora blanco llenos de cabrones calientes oliendo los aromas vaginales sucios y ardientes que desprendían las féminas del Safari, olor que se acentuaba cada vez que pasaban al OXXO a cargar mas “combustible cervecero”.

Tomamos la minivan de mi primo, misma que tiene la particularidad de tener 4 asientos tipo “piloto” (primo dixit) y el último asiento se convierte en cama. Con todo y ventanas hacia la calle y “cortinillas” para tener un poco de mas intimidá.

Pasados 15 minutos de la última vista del Safari, y ya dispuestos a ir a nadar toda la noche, escuchamos un ruido como a 3 cuadras abajo. Rápidamente fuimos, alentados por el morbo y la cursiosidá, encontrando una escena muy fea. Por las calenturas, el Stratus (con placas del DF) chocó contra el Bora y éste a su vez se movió en dirección del Safari dejando un triple coche por alcance (ay que perito ando hoy¡¡) y un desmadre en la avenida.

Obviamente fuimos a socorrer a las amigas de mi amiga que estaban bastante zangoloteadas (por el choque no por la vida) y ayudamos a medio poner orden. Llegó la pendeja-policía-ranchera a confundir todo y en 10 minutos todos estaban en dirección a la Delegación de Tránsito y los coches al corralón.

Sobra decir que la Delegación está en las afueras de la ciudad y allá violan y ni las gracias dan. A ese grado llega la indolencia jodedera.

Mi amiga nos encarga a sus amigas (chilangas) y ellas con la queja: se echó a perder la noche. A lo que nosotros (en un plan muy mamón) contestamos: que qué? Que se echó a perder la noche. Que qué? Que se echó a perder la noche.

Acabamos convenciéndolas de ir a seguirla a la casa de mi primo y estrenar el sistema que mantiene calientita la alberca usando la energía solar, sepa la reputamadre del tránsito que sea eso, pero estaba tibia el agüita.

Pero no todo parecía perfecto, el Gato (pocilgo de la vida) se lastimó la espalda al estar cogiendo en la hamaca. Después me enteré que eso es sólo para los muy aventurados y flexibles. Se fue en un taxi a comprar una pastilla a la farmacia porque nadie lo quiso llevar por estar ocupados con las chilangas.

Es gracioso ver a un niño que se meta en trusa a la alberca o al mar en Acapulco. Es hasta cierto punto tierno. Pero ver a una pinche lagartona de 26 años meterse enfundada en un pinche bloomer (de seguro se lo robó a su abuela que era la Sor Yeyé) a nadar, a falta de traje de baño, lógico no siempre se está uno preparado en la vida, es algo deprimente. Y más cuando no acostumbra a darse una pinche podadita por los peluches. Todo se le transparentaba. Siquiera una despuntadita, me cai.

Al final acabó convencida de que nadar desnuda es lo más sano, tanto para su cuerpecito como para la estética del vestir. Me conformé solo con verla nadar mientras todos le metían mano dentro de la alberca. No cabe duda de que la vida se hizo para gozar y dejar que gocen.

Yo por eso siempre cargo un traje de baño en el coche. No me gusta pasar vergüenzas.

Además de que cada mes me doy una chaineada por donde les platiqué.

Siempre hay que dar su mejor cara.

pero te peinas cuñao”.