°°°° La guarida del Tío Lolo °°°°

Wednesday, May 24, 2006

Sentado en el muelle de la bahía

Desde hace varios días traigo una canción en la cabeza.

Así me sucede a veces, estoy en la pendeja total (en la, no con la, aclaro) y ciertos hechos, ciertas voces, sonidos o aromas se me acercan y me envuelven durante un buen tiempo.

Me he llegado a imaginar que pueden ser ciertas obsesiones malsanas sin dueño que buscan un pequeño refugio en mi alma.

Así se me han metido desde las tetas de Salma Hayek hasta las piernas de la Sharapova. Infinidad de cosas. He pasado por todas las etapas: desde tener que soñar imaginando ricas suculencias en mis labios hasta tener que conformarme con leer la pinche Playboy para poder confirmar que las tetas cuasi-perfectas si existen.

Esto me recuerda que las obsesiones no suelen ser buenas consejeras: cierta compañera de la secundaria estaba que se caía de buena, poca nalga pero qué par de tetas le colgaban. Todos andábamos tras de ella obsesionados con meter mano dentro de esa ropa con tal de poder acceder a la gloria, aunque algunos no supieran qué hacer.

Cierta ocasión hubo una posada en casa de una compañera, la tetona llevó una blusa transparente y muuy reveladora que traía a todos con la baba de fuera. La casa tenía un jardín al centro, parecía hotel, y una cancha de voleyball de pasto; para tomar el sol había camastros, siendo que ahora que recuerdo, la hija de la chingada que vivía en la casa (fea, gorda y pendeja) estaba más pálida que un polvorón., total que la tetona se acuesta en un camastro y ni tardo ni perezoso un compañero que ahora es un flamante sargento de nuestras fuerzas armadas, fue a bajar el switch de la luz y ocasionar un pequeño apagón.

Las demás compañeras se habían alejado, quizá celosas de la suerte de la tetona que a veces dejaba ver un pequeño “probete”. Total que apagan la luz y de repente salieron mil manos que se posicionaron sobre ese par de redondas y grandes tetas. La compañera solo gritó pero no muy fuerte que digamos. Podría decirse que le gustó a la muy puta.

Tres minutos duró el agasajo donde todos, repito TODOS pudimos tener, siquiera unos segundos, ese rico par de tetas en las manos. No hubo ninguna queja, vamos, ni siquiera de la compañera.

Tiempo despúes nos enteramos que tenía novio y que había amenazado con romperles la madre a todos los “manos largas”. Hace poco me enteré que acabaron casándose y un primo es compañero de la hermana menor de la tetona en la prepa. Asegura que es muy nalga facil. Caray hasta ni para que niegue su familia.

Ahora que vengo pensando también hay un par de ojos embrujadores que se han colado por mis adentros (aclaro que no tan adentro). Encantadores puede ser la mejor palabra para describirlos.

La canción es la de Sitting on the dock of the bay cantada por Otis Redding. Recomendable escucharla al mismo tiempo que uno da un buen trago a una cerveza viendo el sol ponerse en la tarde. Este blog no pone letras ni música, si quieren bájenla de la red.

Las únicas tetas perfectas que pueden existir en este mundo son las que tienes en la mano. No hay otras.