El director de la prepa donde estudié es un tipazo.

Es un tipo que tiene una voz calmada y serena, delgado, bigotes de aguacero, ingeniero industrial. Le rugía el hocico pero lo compensaba con el trato que le daba a los estudiantes. En sus tiempos de estudiante era un desmadre, estuvo muchas veces a punto de no terminar la carrera por sus borracheras, solo le infundía valor un tipejo que iba en su misma generación y que avanzaba en la carrera a pesar de ser un reverendo idiota. Después supimos que siempre vivió a la sombra del ejemplo de su hermano mayor, que era muy pendejo pero siempre sacaba buenas calificaciones.

Ya de adultos el listo se hizo pendejo (más?) y el desmadroso tuvo la ocurrencia de poner una escuela. Ahora ambos trabajan juntos. Definitivamente al desmadroso le fue mejor en la vida solamente porque tuvo una cualidad: la persistencia.

Cuando había algún pleito en la preparatoria, de inmediato entraba para que no se hiciera en grande, luego, llamaba a los rijosos y los conminaba a entenderse, si ello no era posible, los invitaba a ir a la vuelta de la escuela y ahí, los dos y el director como testigo, darse en la madre limpiamente y sin metiches.

Casi siempre arreglaba los pleitos en su oficina. Nunca tomaba represalias con nadie. En segundo de prepa había tres maloras que no tenían nada que hacer en la escuela, los llamó a su oficina y les habló de frente: que ya no hicieran gastar dinero a sus padres y que mejor buscaran un porvenir. Uno de ellos decía que le gustaba mucho la guitarra, la música. Otro los coches y el último el desmadre. Al primero lo metió al Conservatorio para que estudiara, acabó salíendose al año porque no era lo que buscaba, ahora tiene un grupo de rock y ha editado dos Cds.

Al segundo tipo le buscó una escuela de mecánica para que estudiara motores, terminó en 2 años y ahora tiene un pequeño taller. Al tercero no le hizo nada porque el hijo de la chingada es un bueno para nada, solo sirve para chupar, hacer transas y echar desmadre.

Este director tenía dos hijos, eran de mi edad, los cuales estudiaban en el Tec de Monterrey, siempre le preguntábamos que si su preparatoria era tan buena, porqué no metía a sus hijos a estudiar con nosotros? Solo una sonrisa se dibujaba en el rostro.

Supe que andaba enfermo y le fui a visitar hace como dos años, platicamos y me ofreció dar clases en su universidad. No lo acepté por la razón de no tener tiempo ya que su escuela (incluye secundaria, preparatoria y universidad) está en otra ciudad distinta a la que radico ahora.

La semana pasada me avisaron que su hijo falleció en un accidente. Siempre hablaba de su hijo por lo sobresaliente que era y lo orgulloso que estaba de él.

Ni modo, muchas veces las cosas no son como deberían ser.