Ya tiene bastante tiempo que no invito a pertenecer a la LoLismidad a algún pendejo.

Nunca he creído en la suerte, pocas veces siento que la he tenido y se me hace muy estúpido estar a las expensas de otra persona para tener cierta cosa o que suceda un evento.

Pero de que hay tipos con suerte los hay.

Un amigo siempre se encuentra todo, desde carteras hasta cadenas de oro tiradas en la calle, turistas perdidas que amanecen en su cama hasta celulares en los baños. Siempre tuve la impresión de que nomás andaba viendo el suelo mientras caminaba o que era ratero, pero tanta suerte, tan seguido y con tan buenos resultados siempre despierta suspicacias. No es normal, pues.

Un día fue a una boda, el baño de hombres estaba hasta la madre, voltea a ver el de mujeres y estaba vacío, entra rápido para orinar y se encuentra con un celular en el lavabo, revisa que no haya nadie y se lo embolsa. Cuando compró una nave se encuentra con el celular del dueño anterior en la puerta. Nunca los devolvió. Uno de esos celulares me lo vendió a un precio bastante bajo, le cambié en número en el Metro Balderas comprando una tarjeta de $ 200 pesos. Ni rastro quedó del antiguo número.

Este tipo llega a mi casa de visita, aprovecha que está de vacaciones y quiere a guevo ver la final de América-Toluca de Campeones de Concacaf. Compramos cerveza Guinness que está de oferta en el WalMart y ya acabado el partido, medios pedos, me ha confesado su secreto: Cuando se levanta en la mañana, solamente abre bien los ojos y reflexiona en voz alta…. “Hoy tengo que joderme a alguien, tengo que encontrar algo”

No siempre le funciona, claro, pero de que he visto resultados los he visto.

En la prepa creí tener un golpe de suerte, hubo un pleito entre dos tipos y como uno de ellos era mi amigo me metí a separarlos (mediante la dosis adecuada y discreta de madrazos al otro, claro). Todo acabó ahí, no pasó a mayores gracias al director de la prepa del cual hablaré en el siguiente post.

En medio de la clase siguiente al pleito, reviso los bolsillos de mi pantalón y encuentro una cadena de oro algo gruesa adentro. Mi sorpresa fue mal disimulada porque muchos a mi alrededor se dieron cuenta. A la hora de la salida el tipo-amigo-peleonero se me acerca y me dice que tengo algo que le pertenece. La cadena de oro. Curiosamente el otro involucrado en la pelea andaba preguntando y buscando en el patio su cadena de oro que en la pelea se le había caído.

Nunca sospechó que mi amigo peleó con él con el único fin de chingarle la cadena de oro, cuando entré a separarlos la metió en mi pantalón sin que me diera cuenta para posteriormente reclamarla. Tuve que regresarla a su “nuevo dueño”. Me disparó una torta y un refresco como “pago”. Hasta ahí ha llegado mi suerte.

Todo esto viene a colación porque esta mañana intenté hacer lo que me dijo mi amigo-suertudo-encuentra-cosas, tenía los deseos firmes pero cuando iba a empezar el rito, me sentí ridículo y no lo hice. Creo que es necesario reunir la cantidad correcta de fe y ganas para que resulte, igual y el que pierde algo soy yo por pendejo por andar haciendo cosas que no debo.

No sé a quién invitar a la LoLismidad, si al tipo que perdió la cadena por pendejo, a todos los que han perdido cosas y que se las ha encontrado el amigo-suertudo o a mí por andarme creyendo semejante pendejada del rito-atrae-cosas-perdidas.

Yo creo que ahora si tengo que incluir a todos.

“Hoy tengo que joderme a alguien, tengo que encontrar algo (un pinche culo guango dispuesto a ser sodomizado por la Comunidad LoLísmica representada por su servilleta)”

Espero sea efectivo.