No soy muy afecto a estas cosas pero la situación lo amerita.

Bitácora de fin de semana

Viernes
Muchas veces trato de entender a las mujeres, otras veces solo intento comprenderlas, el chiste es que siempre acabo igual que como empecé. Con las cajas destempladas. Tuve una entrevista por teléfono con cierta editora amiga mía de mis viejos años mozos en el DF. Ahora es la gran subdirectora de una revista especializada en computación, es bien sabido mi antipatía por ciertas cuestiones de tecnología, por lo que siempre le he dicho de su revista “fabricada por y para nerds” que no sé si haya quien la compre. Boquiabierto me quedé cuando me enteré que hay tipos que hasta la enmican¡¡¡ Por Lord Batio que no he de creer tal grado de ñoñez.

Total que le pregunté acerca de ciertos trabajos que necesita y le pregunté que si ya tenía candidato para su tarea titánica: conducir una encuesta de mercado “para nerds”. Me dijo que ya y yo, ufano de tener mi primer contrato en materia de investigación de mercados, le dije que si nos podíamos ver el sábado a medio día para firmar, se ríe y me dice que una encuesta para ñoños debe ser hecha por ñoños, así que se la adjudicó a un tipo que es egresado del ITAM y que lo único chido de su vida es que su papá tiene un Dalí en la sala de su casa. Siempre se lo presume a toda la gente que conoce. Aunque muchos no sepan ni quién fue Dalí.

Hija de puta, ni siquiera los chocolates que le envié con un amigo los agradece. De puro coraje tenía ganas de encuerarme ahí mismo pero nel, no tuve tiempo ya que tuve muchas cosas que hacer el viernes en la tarde.

No incluían los planes el perderme en el centro histórico de Puebla, pero valió la pena que me haya perdido.

Sábado.
Llegué a tiempo a las 830 am a almorzar mixiotes con consomé en el puesto de Tacho. Mixiotes de panza de borrego es lo mejor para iniciar un día jodedor. Todo el día transcurre sin novedades hasta la tarde donde la editora que el viernes me mandó a la chingada, me llama para invitarme un café. Charlamos un buen rato frente a frente y arreglamos los malos entendidos, para sellar más aún la amistad me invita a bailar en la noche. No tenía muchas ganas, pero tuve que ir. Todo bien en el antro hasta la salida. Cuando nos topamos a unos weyes golpeando un coche con placas de Chiapas. No le dí mayor importancia hasta que mi acompañante me comenta que es el auto del wey del ITAM. Ah jijo de la chingada, me uno al movimiento golpea-coches-puñeteros y le doy dos patadas en las calaveras traseras que volaron en varios pedazos. En eso escucho la voz afeminada del dueño, me reclama que porqué golpeo su coche, porque me caes gordo jotín, se voltea a ver a los demás y les dice que tiene mucho dinero y más para pagar los golpes (al parecer tuvo un pedo con ellos dentro del antro, eran chavos como de 19-22 años, tipo cholos y al parecer intentaron ligarse al chico-Dalí-Itamnesco pero les falló).

El muy hijo de puta me suelta un madrazo que intentó romperme el hocico pero solamente me dio leve. No alcanzó a rompérmelo, solo lo abolló, jajaja. Le solté una patada en los guevos (si es que tiene) y ahí se quedó sentadito. La editora quiso lavar su honor y me invita a su casa para seguirla. Nel, no tengo ni ganas ni humor.

Domingo
Me levanto con la novedad de que cambió el horario y ya no hay de desayunar. Tenía hambre de perro y busco algo en el refri. Nada. Total que acabé comiendo tacos de arroz en la calle, con unas pinches rajas que me enchilaron de sobremanera la abolladura que le dieron a mi hocico.

Recuerdo lo que pasó el viernes (todo) y lo de la noche anterior. Una sonrisa se dibuja en mi boca (algo abollada) y sigue ahí.

Porqué a veces los hombres y las mujeres (sobretodo ellas) nos complicamos la vida que es tan sencilla?

ay, ni yo entendí todo lo que escribí........