Siempre que escribo me pregunto hacia dónde irán mis palabras. Cuando algo no me gusta como va quedando simplemente lo borro y asunto terminado. Si así fuera la vida de fácil……

Si al pasarlo a máquina cometo errores, tomo la hoja, la arrugo y la hago bolita en medio de un ruidero, al final va a parar al cesto de basura. No sé si haya una persona que viva de la basura que se tome la molestia de leer todo lo que tiro diariamente.

Por hojas no sufro, en mi trabajo hay muchas y hasta sobran.

El problema es cuando escribo en la PC. Con un accionar de un botón o con un movimiento de mi mano cierro una ventana y todo lo plasmado se pierde sin dejar la mínima huella. Quisiera que no se perdiera tan fácilmente. Por eso casi no escribo en la PC.

Como cuando fui a la disco y conocí a Magdalena. Alta, rubia, de ojos azules y mirada graciosa. Cuando tomé su mano me fue imposible dejarla. Fuimos a mi casa y nos desnudamos. Cerramos los ojos e intentamos dormir. No pudimos. Le comento que era la primera vez que dormía con una mujer sin tener sexo. Pues yo no quisiera tener ese honor me dice coqueta y pícara.

A la mañana siguiente al despertarme al lado de ella, una duda me asalta. No recuerdo su nombre. Para salir fácil del problema le pido sus apellidos para mi agenda. Asunto arreglado. Me sentí moralmente ojete por haber tenido una noche maravillosa, sin condiciones ni preguntas y yo de pendejo ni siquiera recordaba el nombre de quien me entregó todo a cambio de nada.

No quise que todo eso desapareciera tal cual las palabras en la PC.

Decidí conocerla a fondo, cerrar los ojos y dejar que la vida nos dijera donde debíamos quedar. Duramos año y medio saliendo juntos. Nunca se quejó de lo sucia que estaba mi casa o de mis locuras de dormir en el suelo. Decidimos tomar cada quien nuestro camino porque la maldita vida del DF se interpone. Las distancias, los horarios y las obligaciones de cada uno nos separaron. Siempre la llamo en su cumpleaños. 16 de enero. Aunque ahora corro el riesgo de que me conteste su marido. Sé que ella es feliz. Eso es alegría para mi. Se lo merece.

Llevo muchos años escuchando su voz pero sin verla físicamente.

Pero no siempre me preocupa a dónde van a dar mis palabras o mis comentarios.

Por lo regular cuando miento la madre sé muy bien a dónde va a dar.

desnudar mi alma es algo tan pesado y tan difícil que no me acostumbro

El Tío LoLo descansa...............