Desde el domingo en la noche yo pensaba que me estaba conviertiendo en un gran filántropo*.

Porqué? Pues estuve llevando a una amiga (que me la quiero chingar, la neta) a la casa de “un amigo” donde le llevaba de comer porque el pobrecito ta´ malito, en camita y no tiene quién lo ayude. No es mucho tiempo, solo 30 minutos de estar sentado en la sala mientras ella sube a atenderlo.

La media hora del domingo se fue rápido porque vi Los Simpson en Fox, al terminar, me puse a hojear las pinches revistas aburridas del National Geographic que nunca me han gustado. Cuando ella baja del piso de arriba no noté el desastre que era su pelo, estaba más entretenido viéndole las piernas.

De regreso me comienza a contar que su amigo está muy débil y que tiene que traerle de cenar diariamente, cuando se empieza a arreglar el cabello y toda su ropa en general descubrí que mi amiga me tomaba de güigüí para llevarla a que se la fornicara su amigo. No le dije nada, pero empecé a maquinar mi venganza.

El lunes (ayer) estaba mi amiga en la puerta de mi trabajo a las 700pm en punto, esperando a que saliera, con un “toper” en la mano como si realmente le llevara comida. Lo que le llevaba era sexo rápido y sin demoras… con todo y chofer esperando en la sala.

Le pregunté por la salud del amigo, “ahí va el pobre” no se recupera, al verle las piernas largas y ricas de mi amiga he llegado a la conclusión de que yo tampoco me recuperaría pronto al tener que tomar semejante medicina todos los días.

Llegamos y me he instalado cómodamente en el sillón. Ella sube presurosa. Cierra la puerta de la recámara y la casa se enmudece.

Empieza mi venganza.

Tomo con toda calma el teléfono y marco el 01.900.849.6500. Es necesario ayudar a los damnificados de los huracanes. Donar 500 pesos no es mucho y a ellos les falta. El amigo de mi amiga no puede negarse a donar 500 pesos diarios mientras se recupera.

Al terminar la llamada, limpio el fono de mis huellas (suena mamón pero no está por demás) y tecleo el número 9 (para borrar el redial). Llevo en mi chamarra el cuento que compré en el puesto de periódicos que se llama “La gran Valentina”, una fotonovela pornográfica de 12 pesos que narra las aventuras de la sirvienta y el chofer. Por supuesto la sirvienta tiene mas panza que tetas y el chofer parece perro parado con trusa. Ya ni hablamos de la celulitis.

Al terminar mi revista, delicadamente levanto los cojines de la sala y la guardo ahí. Quizá mañana se me antoje leerla, claro, antes de que la descubra la mamacita del angelito (una viejita al parecer de la Vela Perpetua que está en Mty con otro hijo) me da horror imaginar que descubra esa clase de literatura en su casa.

Supuestamente el enfermo tiene como fecha de recuperación este viernes, fecha en que se acaban las visitas nocturnas. Curiosamente el sábado es el día en que llega la mamita del enfermito.

Haciendo cuentas 2,500 pesos no será una mala cantidad para ayudar a Chiapas.

filántropo
Persona que se distingue por el amor a sus semejantes y por sus obras en bien de la comunidad.